Hace unos días apareció la noticia
de que dos senadores del PP y PSOE impulsaban una iniciativa para frenar la “inminente”
venta para la chatarra del buque, “Símbolo
de la España de la Transición”
Se ha confeccionado un manifiesto
rubricado por los senadores Manuel Altaya Lavall (PP) y Emilio Villazán (PSOE),
también por la Diputada María Isabel Pozuelo ((PSOE) y otros once profesionales
civiles del XXXIV Curso de Defensa Nacional del Centro Superior de Estudios de
la Defensa Nacional (Ceseden),
institución dependiente del Ministerio de Defensa que trata de acercar la
realidad militar a la sociedad. Ahora podrá ser firmado por todo ciudadano que
lo desee
No cuestiona la decisión tomada
por Defensa al ordenar la baja del Portaaviones “Príncipe de Asturias” por su
alto coste de mantenimiento teniendo en
cuenta la coyuntura económica, si pretenden buscar una salida honrosa y a ser
posible rentable para el primer portaaviones español de la democracia
Aquí el manifiesto
El 14 de diciembre de 2013 se dio
de baja el portaaviones “Príncipe de Asturias” (R-11), buque insignia y emblemático de la Armada española que ha
tenido una vida útil de casi un cuarto
de siglo desde que le fue entregada su bandera de combate en 1989. Durante
estos veinticuatro años ha desarrollado y cumplido de un modo impecable
misiones en muy diferentes escenarios, desde nuestros mares territoriales
hasta el Mediterráneo oriental, como ocurrió en 1991 con ocasión de la primera
Guerra del Golfo
El “Príncipe de Asturias” fue
construido por la Empresa Nacional Bazán, hoy Navantia, y es, por lo tanto un buque de construcción española y de
diseño también básicamente español. Ha sido un orgullo tecnológico de
nuestros Ejércitos y de nuestra Industria, a cuyo desarrollo ha contribuido, y
ha merecido el respeto y la admiración unánimes de las marinas e industrias de
muchos países del mundo, entre ellos los más avanzados.
Hoy, sin embargo, se ha decidido
dar de baja un magnífico barco que, con las actualizaciones pertinentes, podría haber seguido prestando un servicio excelente a la Armada y
la seguridad y la defensa de España y nuestros aliados. Razones económicas y
presupuestarias lo han aconsejado así,
Algunas de las funciones realizadas por nuestro portaaviones pueden ser
llevadas a cabo, en parte, por el todavía nuevo Buque de Proyección Estratégica
“Juan Carlos I”, una nave más polivalente
Desde una perspectiva de
planificación económica, o incluso de defensa, no tenemos nada que objetar
aquí. Es una decisión que respetamos y que corresponde a profesionales, responsables
y gestores de la Defensa.
Sim embargo, desde una perspectiva
histórica y simbólica, desde un punto de vista diferente y, en cierto sentido,
más profundo, sí nos preocupa hondamente que el buque que mejor ha simbolizado la España moderna, democrática y
tecnológica, de la plena integración de las Fuerzas Armadas en la sociedad
de la que forman parte, la España de los últimos cuarenta años, vaya a ser
desguazado y vendido a trozos por el peso de su metal, en algún lugar del mar
Negro, por poner el caso
Es decir, la significación del “Príncipe
de Asturias” supera incluso, con mucho, la de un noble y gran barco de guerra
que fue buque insignia de la Armada
española. Esta nave debe ser vista, en realidad, como el monumento simbólico
representativo de la España de mayor progreso económico y social de nuestra
Historia. La España que conquistó y asentó la democracia, que se integró plenamente en Europa y la Comunidad
Internacional, que impulsó la articulación de la Comunidad Iberoamericana y
asumió sus responsabilidades en el
mundo, alcanzando los primeros puestos en tantas áreas, desde la medicina o la
ingeniería, o las artes o el deporte.
Éste es el valor icónico que
puede y debe tener el “Príncipe de Asturias”: el de ser símbolo de una época,
de un periodo fundamental de la Historia de nuestros país. ¿Desmontaríamos el Alcázar de Segovia
porque no es un edificio operativo y porque implica gastos de mantenimiento? ¿Venderíamos sus piedras y sillares en una
subasta internacional pública porque, en términos “prácticos”, no nos hace
falta? Nos preguntamos ¿no tiene todo el sentido tener y mantener esa magnífica
fortaleza de origen medieval como testigo, imagen, enseñanza y recuerdo de
nuestra Historia? Este es, precisamente, el sentido de lo que proponemos se
haga con el Príncipe de Asturias (R-11), actualmente en Ferrol a la espera de
su subasta y desguace el próximo mes de junio.
Se trata al menos, de mantenerlo-flotando,
por supuesto- como un lugar de la memoria, de nuestra mejor memoria, la de
España reciente, la de la España que comenzó con la Transición Democrática. Un
autentico castillo flotante que, anclado y amarrado, muestre imponente su
majestuosa y grandiosa silueta en alguno
de los múltiples puertos o ciudades de nuestras costas, recordándonos lo mucho
que los españoles hemos conseguido juntos cuando hemos querido y sabido actuar
juntos. Esto es lo que han hecho otros países, conscientes del valor de su Historia,
con algunos de sus navíos más emblemáticos. Pensemos, por ejemplo, en el “Belfast”,
famoso navío Británico de la Segunda
Guerra Mundial, hoy amarrado en el Támesis con funciones museísticas; o en el
portaaviones estadounidense “Intrepid” , también amarrado en Nueva York, en el
río Hudson, como singular museo naval.
No obsta decir que el “Príncipe
de Asturias” podría, igualmente, asumir funciones museísticas y que su rentabilidad
económica, con imaginación e iniciativa, es perfectamente posible. Sus características
morfológicas y su cubierta de vuelo lo hacen, además, idóneo para albergar múltiples tipos de actividades en las que
podría participar un gran público. No se
puede obviar, en suma, el impresionante reclamo turístico que este moderno “Escorial de los Mares”,
como se apodó en su época al navío español “Santísima Trinidad”, podría
representar para el puerto, la ciudad y la Comunidad –Autónoma que lo acogiesen.
Estamos seguros de que la actuación concertada, generosa e inteligente de la Administración
–Central y Autonómica-, de Defensa-particularmente nuestra Armada-, de las
entidades locales que puedan verse interesadas e involucradas, y del sector privado-
empresarios de diversos sectores, así como organizaciones sin ánimo de lucro –
podrá llevar a buen término una idea y un proyecto de tanto interés para todos.
Estamos a tiempo. Así lo pensamos algunos componentes del XXXIV Curso de Defensa
Nacional del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, entre los que
nos encontramos senadores y diputados de diferentes partidos, miembros de sectores
sociales y empresariales, periodistas, etcétera. Y así lo queremos compartir con el conjunto de la sociedad española.
No dejemos pasar la oportunidad
de salvar el portaaviones “Príncipe de Asturias” como un monumento inigualable de la España Democrática. Sería una verdadera
pena ver el próximo mes de junio, los restos de este símbolo de España
subastados, desguazados a trozos en nuestras costas o a miles de millas náuticas
de nuestro país. Todos debemos implicarnos en evitarlo
MANIFIESTO FIRMADO POR: Manuel
Altava (senador PP), Emilio Álvarez (senador PSOE), María Isabel Pozuelo (diputada
PSOE), Ángel de Miguel (Director General de Formación Profesional del
Ministerio de Educación), Alejandra Frías López (Magistrada asesora del Ministerio de Justicia), Javier
González (Organismo internacionales técnicos del Ministerio de Exteriores),
Débora García Orrico (consultora política), Octavio Nieto-Taladriz (Catedrático
UPM), Francisco Javier Wrana (profesor URJC), Darío Vassallo (director área sector
Público IECISA), Fernando Navarrete (TVE), Antonio Elipe (director del Centro
Universitario de Defensa de Zaragoza), María Esther Graullera (presidenta Gahn
IGC S.A.), Andrés Canteras (Profesor UCM),
Del XXXIV curso de Defensa Nacional
del Centro Superior de Estudioso de la Defensa Nacional, Ceseden
Si desea Sumarse al manifiesto para tratar de convertir al portaaviones en un museo naval Pinche AQUÍ
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